Lilith, la mujer que existió antes de Eva

Redacción, Veracidad News

Una interpretación rabínica considera que antes de Eva existió otra mujer, la cual terminó abandonando el paraíso; su nombre, ¡Lilith!.

Según esta tradición judía, esa mujer precedió a Eva, y una vez lejos de Adán, se convirtió en un demonio que rapta a los niños por la noche y una encarnación de la belleza maligna así como la madre del adulterio.

De acuerdo con el arqueólogo británico Reginald Campbell Thompson, un grupo de demonios femeninos derivado de la criatura Lilitú (Lilu, Lilitu y Ardat Lili) con unas características que responden a esta figura mitológica: eran mitad humanas y mitad divinas, usaban la seducción y el erotismo como armas; y la noche era su hábitat natural.

Por su parte, en la colección de Rubén Hoschke Kohen, titulada Yalqut Reubeni, se relata qu “Dios formó a Lilith del mismo modo que había formado a Adán, aunque utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro». La inmundicia la habría convertido en un demonio del que, a su vez, nacieron otras criaturas malignas que «todavía atormentan a la humanidad”.

En este sentido, existe otra interpretación que la presenta como una criatura igual a Adán, hecha de polvo puro, que se rebela contra los designios divinos y muestra un marcado carácter. En el Alfabeto de Ben Sira (escrito entre el siglo VIII y XI), se narra cómo Lilith se resistió a yacer por debajo de Adán: “¿Porqué he de yacer debajo de ti? Yo también fui hecha con polvo y por tanto, soy tu igual”. Al ser forzada por Adán a obedecerle, pronunció el nombre de Dios en vano y decidió abandonar el Edén con dirección al Mar Rojo.

Esta región se caracterizaba, según esta tradición mitológica, por la presencia de innumerables demonios. Ante este hecho, Dios envió a un grupo de ángeles para exigirle que volviera con Adán, a lo que ella respondió que ya no podía regresar porque supuestamente Dios le había ordenado hacerse cargo de todos los recién nacidos. Finalmente, el Señor le permitió vivir pero la castigó haciendo que cientos de sus hijos demoniacos perecieran cada día.

Desde entonces, se propuso matar a todos los hijos de Adán y a todas las madres durante el nacimiento y los días siguientes al parto.

Las Escrituras solo hacen una mención de esta mujer en el libro de Isaías, capítulo 34, versículo 14 “Los animales del desierto se encontrarán con las hienas; y el demonio llamará a los de su especie, sí, Lilit se establecerá allí y hallará para sí lugar de reposo”.