Los milagros de Yeshúa

Redacción, Veracidad News

Yeshúa inició su ministerio aproximadamente a los 30 años, “Después que Juan fue entregado, Yeshúa vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios, y diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Marcos 1:14-15.

Una de las cosas que lo caracterizaron fueron los milagros, mismos que sirvieron para ayudar a las personas que más lo necesitaban.

Como aquellos pescadores que después de muchas horas de labor no pudieron recolectar nada, “Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más confiado en tu palabra echaré las redes. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y sus redes se rompían”. Lucas 5:5-6.

Otro de ellos fue cuando curó al leproso, descrito en el libro de Lucas, capítulo 5, versículos del 12 al 14 “Sucedió que estando Él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, y viendo a Yeshúa, se postró sobre su rostro y le rogó diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces, extendiendo Él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de aquél. Y Él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos”.

También, sanó a un paralítico “Y he aquí le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Yeshúa la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —dice entonces al paralítico—: ¡Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa!. Entonces él se levantó y se fue a su casa”. Mateo 9:2, 6 y 7.

Uno de los milagros que más impactaron al pueblo fue cuando alimentó a cuatro mil personas “En aquellos días, como había otra vez una gran multitud, y no tenían qué comer, Yeshúa llamó a los discípulos, y les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer”. Marcos 8:1-2.

“Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete. Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud. Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y dijo que también los pusiesen delante. Y comieron, y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas”. Marcos 8:5-8.

“Y hay también otras muchas cosas que hizo Yeshúa, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir”. Juan 21:25.