Los proverbios, en busca de la reflexión

Proverbio, deriva del latino proverbium, y hace referencia a una clase de expresión que transmite una sentencia y busca promover la reflexión. 

Redacción, Veracidad News

“Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora dentro de ti mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vive, y guarda mi enseñanza como la niña de tus ojos”. Proverbios 7:1-2.

Proverbio, deriva del latino proverbium, y hace referencia a una clase de expresión que transmite una sentencia y busca promover la reflexión.

En el Antiguo Testamento, está relatado el Libro de Proverbios, el cual fue escrito por Salomón; únicamente los dos últimos capítulos se atribuyen a otros escritores: Agur y Lemuel; sin embargo, hay quien cree que Lemuel fue otro nombre de Salomón.

Cabe recordar que a Salomón fue a quien el Señor le brindó sabiduría, incluso en el primer libro de Reyes, capítulo 4, versículo 32 describe cuantos emitió, “Y pronunció tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco”.

Las principales enseñanzas del libro son la sabiduría, el conocimiento y la obediencia e inicia mencionando cual el principio primordial, “El temor de Yahweh es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción”. Proverbios 1:7.

La base de toda la enseñanza es obtener sabiduría y el único que la puede brindar es el Señor, “Pues Yahweh da la sabiduría; de su boca proceden el conocimiento y el entendimiento”. Proverbios 2:6.

En los versículos 7 y 8 del capítulo 3 se relata que de esto se obtendrá lo demás, “El principio de la sabiduría es éste: adquiere sabiduría; y con todo lo que obtengas adquiere entendimiento. Tenla en gran estima, y ella te ensalzará; te honrará si la abrazas”. Proverbios 3:7-8.

Por otra parte, el libro nos describe cómo actúa la persona inmoral, “Al instante se va tras ella, cómo va el buey al matadero o uno en grillos a la corrección del necio, hasta que una flecha le traspasa el hígado; tal como el ave que se apresura a la red, él no sabe que esto le costará la vida”. Proverbios 7:22-23.

Sin embargo, también nos enseña cómo resistir la inmoralidad que fomenta el mundo, “Ahora pues, hijos míos, escuchadme y no os apartéis de las palabras de mi boca. Aleja de ella tu camino, y no te acerques a la puerta de su casa”. Proverbios 5:7-8.

“No se desvíe tu corazón a los caminos de ella; no te extravíes en sus sendas. Porque a muchos ha hecho caer heridos, y son numerosos los que ha matado. Camino al Seol es su casa, el cual desciende a las cámaras de la muerte”. Proverbios 7:25-27.