Más que un oficio, es una tradición.

Endulzar el paladar de propios y extraños a través de refrescantes, deliciosas y coloridas nieves artesanales, ha sido la labor de José Luis Jurado Vargas, durante poco más de dos décadas.

El originario de Ciudad de México, aprendió el dulce oficio desde su infancia, nos reveló que es parte de una tradición familiar y un tío fue quien le enseñó a preparar la típica aguanieve.

Resaltó que todos los productos que usa para preparar las nieves son 100 por ciento naturales, además que no utiliza ningún tipo de maquinaria durante el proceso.

El emprendedor aseguró que el sabor preferido en este pedacito del tesoro caribeño es la nieve de queso. En un domingo o en eventos especiales puede llegar a vender más de dos mil 500 vasitos de este postre.

El señor de las nieves, como alguno de sus amigos lo llaman explicó que para preparar las nieves utiliza tinas de madera de 30 litros, aunque dependiendo de la demanda del producto puede ser hasta de 60 litros. Resaltó que es de suma importancia que los barriles sean de madera ya que este material es térmico y no permite que salga el frio o entre el calor.  Posteriormente rellenan los envases con hielo y sal, para luego introducir un bote de acero inoxidable donde se encuentra la fórmula de la nieve, esta es hecha a base de agua y frutas naturales.

Inmediatamente, gira el bote de acero inoxidable entre 30 y 45 minutos,  con ayuda de una pala de madera retira el producto y listo.

Don José Luís reveló que para él su trabajo significa una ventana para mostrar la cultura de nuestro bello país, ya que tiene la oportunidad de contar con clientes que los visitan de distintas partes del mundo. Aseguró que los ingredientes más importantes de su receta son; pasión y amor por su oficio.

Si usted desea deleitarse con estas tradicionales nieves artesanales, puede encontrar  el puesto del señor José Luis,  llamado “Xochimilco”, ubicado en el parque de Las Palapas.

Con imágenes de Carlos Avilez e información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.