El término hebreo “partera” es el participio femenino del verbo ya·ládh (alumbrar, dar a luz), y se refiere a la mujer que ayuda o asiste en el alumbramiento, corta el cordón umbilical y lava a la criatura.
En la antigüedad, las parteras frotaban al recién nacido con sal y lo envolvía en bandas de telas. (Ezequiel 16:4).
Ezequiel 16:4: “Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte ni frotada con sal, ni fuiste envuelta en pañales”.
La razón para emplear sal podría ser secar la piel y hacerla firme y tersa, mientras que el envolverlo en bandas de pies a cabeza, como en el caso de Jesús (Lucas 2:7), que daba al niño una apariencia casi de momia, servía para mantener el cuerpo caliente y erguido; por otra parte, se decía que pasar las bandas bajo la barbilla y alrededor de la cabeza enseñaba al niño a respirar por la nariz.
Las mujeres de más edad de la comunidad en ocasiones asistían en el alumbramiento, pero debido a que se necesita conocimiento especial, destreza y experiencia, sobre todo en los partos difíciles, solo unas pocas hacían de ello su profesión.
Un ejemplo de ello es el nacimiento de Benjamin, segundo hijo de Jacob y Raquel. Esta tuvo dificultad en el parto y murió al dar a luz.
Génesis 35:16-18: “Partieron de Bet-el, y cuando aún faltaba como media legua para llegar a Efrata, Raquel dio a luz, pero tuvo un mal parto. Aconteció que, como había trabajo en el parto, la partera le dijo: No temas, porque también tendrás este hijo. Ella, al salírsele el alma pues murió, le puso por nombre Benoni; pero su padre lo llamó Benjamín”
Durante la esclavitud de los israelitas en Egipto, las parteras se encontraron en una situación muy crítica y peligrosa: el Faraón llamó a dos de ellas, Sifrá y Puá (Éxodo 1:13), y les mandó que dieran muerte a todos los hijos varones de los hebreos en cuanto nacieran, (Éxodo 1:16).
Pero las parteras temieron a Dios y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. Entonces el rey de Egipto hizo llamar a las parteras, y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto? ¿Por qué habéis preservado la vida a los niños?, a lo que contestaron que las mujeres hebreas no eran como las egipcias, ya que daban a luz antes de que ellas llegaran a asistir el nacimiento, (Éxodo 1:17-19).
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
