Personas preocupadas más por su aspecto

Actualmente, las revistas, los periódicos y anuncios de televisión bombardean a la gente con imágenes del cuerpo ideal.

Redacción, Veracidad News

Actualmente, las revistas, los periódicos y anuncios de televisión bombardean a la gente con imágenes del cuerpo ideal.

La lógica de los anunciantes es que si presentan cierta imagen como el modelo a seguir, la gente se gastará el dinero que tanto le costó ganar en imitarlo.

Aunque esto puede influir en un principio, los factores que de verdad consolidan a una persona son las normas morales y los valores. En cierta forma, cada uno de nosotros somos como un libro. Por atractiva que sea la portada, si el contenido es aburrido, el lector lo dejará enseguida.

Hasta cierto punto se considera que el deseo de presentar un buen aspecto es algo normal y adecuado; no obstante, en el caso de algunas personas, el afán de lograrlo llega a extremos, dando lugar a una enfermedad que se conoce como trastorno dismórfico corporal, o TDC. La preocupación obsesiva por la apariencia, suele llevarlas a mirarse compulsivamente al espejo, y en algunos casos, al aislamiento social.

En las Escrituras se describe que las personas debemos preocuparnos más por nuestro interior “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de boro o de vestidos, sino el del hombre interior escondido en el corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu manso y sosegado, que es de gran valor delante de Dios”. 1Pedro 3:3-4.

Varios estudios realizados en países occidentales indican que muchas personas consideran que su aspecto es lo único que las hace valiosas. Pero una opinión tan estrecha quizás no toma en cuenta lo que es más importante: el corazón.

“Pero Yahweh respondió a Samuel: No tengas en cuenta su parecer, ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque no se ha de tener en cuenta cómo mira el hombre, pues el hombre sólo ve las apariencias, mas Yahweh ve le corazón”. 1Samuel 16:7.

“La cabeza canosa es corona de gloria; se halla en el camino de la justicia”. Proverbios 16:31. Quienes envejecen en el servicio a Dios no resultan menos atractivos a sus ojos ni a los de todos aquellos que comparten el punto de vista divino.

“Quita, pues, de tu corazón la irritación y aparta de tu carne el mal, porque la mocedad y la aurora de la vida son vanidad”. Eclesiastés 11:10.