Como discípulos de nuestro Señor Yahweh es vital ser obedientes. A veces sin darnos cuenta que hay obstáculos arraigados que nos contaminan. Llegamos a pensar que nuestro buen comportamiento se encuentra en óptimas condiciones, cuando en realidad deja mucho que desear.
Por eso el apóstol Pedro advierte que debemos ser santos en nuestra manera de vivir.
1 Pedro 1:14-16: “Como hijos obedientes, no os amoldéis a las concupiscencias que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino así como el Santo, quien os llamó, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy santo”.
El consejo es claro: No conformarse, no amoldarse a los deseos ilícitos o malos que continuamente nos rodean. Por lo tanto, necesitamos mucha fuerza de voluntad y obviamente la asistencia del Espíritu Santo.
Por ello, todas nuestras acciones deberán ir de junto con la Palabra de Dios.
Al respecto sigue escribiendo el apóstol Pedro:
1 de Pedro 4:1-3: “Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías”
En poco palabras Él Mesías a través de las páginas de la Biblia nos pide santidad, para vivir una vida plena siguiendo Su ejemplo, sólo así seremos dignos de servirle al Todo Poderoso.
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
