¿Qué dice la Biblia acerca de la eutanasia?

En las Escrituras no se aborda el tema concretamente; sin embargo, existen versículos dedicados a la vida y la muerte.

Redacción, Veracidad News

La eutanasia es la acción que acelera la muerte de una persona desahuciada con la intención de evitar sufrimientos.

Puede definirse en dos tipos; la directa y la indirecta. La primera hace referencia al proceso de adelantar la muerte de un ser humano que tiene una enfermedad incurable. La segunda busca paliar el dolor y sufrimiento, suministrando medicamentos que como consecuencia no intencionada pueden producir la muerte de la persona.

En las Escrituras no se aborda el tema concretamente; sin embargo, existen versículos dedicados a la vida y la muerte, los cuales permiten tener una idea clara de lo que Dios opina al respecto.

En primera instancia describe que Yahweh es el que nos creó, por lo que es la fuente de la vida; “Porque tú formaste mis partes internas; me tejiste en el vientre de mi madre”. Salmos 139:13. “Porque contigo está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz”. Salmos 36:9.

La vida es uno de los aspectos más importantes para el Señor, por lo tanto, la muerte no está bien vista ante sus ojos. Muestra de ello, es que es uno de los diez mandamientos, descrito en el capítulo 20 del libro de Éxodo, capítulo 13; “No matarás”. “Todo aquél que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él”. 1Juan 3:15.

El rey Saúl es uno de los ejemplos que encontramos en la Biblia. Después de que éste fuera herido en una batalla, le pidió a su escudero que lo ayudara a quitarse la vida, pero él se negó.

Sin embargo, tiempo después otro hombre dijo que él lo había ayudado a cumplir su deseo, “Yo entonces me puse sobre él y le di muerte, porque sabía que no viviría después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza y el brazalete que traía en su brazo, y los traje acá mi Señor”. 2Samuel 1:10

Ante tal hecho fue condenado, “Entonces David llamó a uno de los jóvenes, y dijo: Acércate; cae sobre él. Y él lo hirió y murió. Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, porque tu boca testificó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Yahweh”. 2Samuel 1:15-16.

Job es otro ejemplo; pese a que satanás lo hirió con furúnculos, nunca perdió la fe; “Entonces le dijo su mujer: ¿Todavía te aferras a tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Pero él le dijo: Hablas como una mujer necia. ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.

“Yahweh hace morir y hace vivir; hace descender al Seol y hace subir de él”. 1Samuel 2:6.