¿Qué es la depresión infantil?

Un trastorno que afecta seriamente a un importante número de la población joven del planeta, psiquiatras confirman que el 15% de los jóvenes que van a consulta con un especialista de este ramo, lo hace por sufrir de la enfermedad.

Por: Nayeli Rojas / Redacción, Veracidad News

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta tanto a niños como a adultos; resulta altamente incapacitante y cursa con un elevado nivel de malestar en ambos casos. No obstante, si tenemos en cuenta la falta de madurez emocional y la falta de recursos para manejar sus propias emociones, comprenderemos que en el caso de los más pequeños este trastorno puede ser altamente perjudicial para su desarrollo.

La prevalencia de la depresión infantil es similar a la de la depresión en los adultos. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud considera que un 3% de la población infantil sufre depresión, que representa entre el 10 y el 15% de las consultas de psiquiatría infantil de acuerdo con diferentes autores.

De acuerdo con especialistas en el ramo de la paidospquiatría, el humor depresivo en niños y adolescentes puede presentarse como un estado de ánimo irritable o melancólico. Además, los más pequeños, a menudo no son capaces de describir lo que sientes y suelen quejarse de molestias físicas imprecisas, y dejar ver una tristes expresión facial o una casi inexistente comunicación visual. Por otra parte el ánimo irritable se puede manifestar a través de una conducta agresiva o actos de hostilidad y/o cólera. En los adolescentes estos trastornos del ánimo pueden presentar una síntomas de adulto.

Es importante mencionar que la cada niño es único en su forma de ser, en su personalidad y en la manera de aceptar los cambios que se producen en la vida. Para sospechar que un niño tiene depresión, es importante conocer al pequeño y saber qué es verdaderamente normal y qué no en su comportamiento.

Recientes investigaciones dan a conocer que los niños y adolescentes que padecen depresión además de presentar síntomas similares a los de los adultos, también muestras señales específicas de acuerdo a su edad. A continuación algunos de ellos…

  • Autoestima baja o sensación de culpa o responsabilidad por cosas malas que puedan pasar.
  • Irritabilidad, ira u hostilidad extrema (muchos niños con depresión no están tristes sino irritables).
  • Tristeza frecuente o episodios de llanto.
  • Sentimientos de desesperanza.
  • Disminución de su interés en actividades, o dificultad para divertirse en actividades que antes le eran consideradas entre sus favoritas.
  • Aburrimiento persistente.
  • Falta de energía o cansancio.
  • Aislamiento social o falta de comunicación.
  • Sensibilidad extrema al rechazo o poca resistencia ante los fallos o errores.
  • Quejas frecuentes sobre problemas físicos (como dolores de cabeza, o de estómago, mareos, náuseas…) en los que no se encuentra causa médica.
  • Ausencias frecuentes de colegio, o disminución del rendimiento escolar.
  • Cambio importante en los hábitos alimentarios o del sueño.
  • Conversaciones sobre la intención de escaparse de casa.
  • Pensamientos o expresiones sobre la muerte o intención de suicidarse activa o pasivamente.
  • Problemas de concentración.

En algunos casos también pueden presentarse trastornos del sueño, y necesidad extrema de estar con una personas específica.

Es importante que cómo padres estemos pendientes de nuestros hijos, y de lo que nos dicen muchas veces sin palabras, dediquemos tiempo de calidad a escucharlos, a reconfortarlos, a jugar con ellos, a instruirlos en amor cómo Dios nos enseña… Estas cosas por pequeñas que parezcan los ayudará a crecer fuertes. No convirtamos a nuestros hijos en objetos de exhibición, a los que mantenemos enajenados otorgándoles aparatos electrónicos… Trabajemos como padres en forjar autoestimas sólidas basadas en el temor de Dios, en el respeto por ellos mismos y los demás, en el hecho también, de que aprendan a ver las pruebas de la vida como oportunidades de aprendizaje y no ocasiones de derrota. Démosles lo mejor que nosotros tenemos, como el Padre hace con todos sus hijos… Nuestro cuidado, tiempo, atención y amor.