¿Qué es la prostitución infantil?

 

Hace referencia al uso de niños en actividades sexuales a cambio de una remuneración o cualquier otro tipo de retribución.

Redacción, Veracidad News

La prostitución infantil hace referencia al uso de niños en actividades sexuales a cambio de una remuneración o cualquier otro tipo de retribución, por ejemplo regalos, comida o vestimenta.

De acuerdo con investigadores la pobreza es la causa principal de la prostitución. A menudo, los padres sienten la obligación de vender a sus hijos a proxenetas porque sus bajos ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades de su familia.

Por su parte, los  explotadores sexuales se aprovechan de la docilidad de los niños, ya que tienen menor capacidad para defenderse. Ante esto, la Biblia promueve la bendición de los infantes, y no el abuso de ellos.

“Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeñitos que creen en mí, más provechoso le sería que se le colgase al cuello una gran piedra de molino, y que se le hundiese en lo profundo del mar”. Mateo 18:6.

En el capítulo 10 del libro de Marcos, versículo 14, se muestra un ejemplo claro de la protección de Jesús hacia los niños; “Mas Yeshúa, al verlo, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí; y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios”.

En las Escrituras abundan advertencias contra este pecado, forzar a un niño para un acto sexual es un delito grave, debido a que el autor también está atacando la inocencia de una de las personas más vulnerables del mundo.

“Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, jamás entraréis en el reino de los cielos. Así que, el que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba a un niño como éste a causa de mi nombre, a mí me recibe”. Mateo 18:2-5.

Otra forma en que la Biblia condena el maltrato infantil es en su prohibición del abuso psicológico y emocional. Efesios 6:4 advierte a los padres para que no “exasperen” o provoquen a sus hijos, sino para que los críen en la palabra de Dios. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y la amonestación del Señor”.

También exhorta a que si alguien es testigo de algún tipo de abuso hacia un infante, interceda por él; “Así dice Yahweh: Haced juicio y justicia, librad al despojado de manos del opresor, y no maltratéis ni hagáis violencia al peregrino, al huérfano o a la viuda; no derraméis sangre inocente en este lugar”. Jeremías 22:3.