La integridad hace referencia a la honorabilidad de una persona.
Redacción, Veracidad News
Proveniente de la raíz latina que significa, entero; la integridad hace referencia a la honorabilidad de una persona. Así mismo, el significado de la palabra hebrea es “entero”, “intacto”, “sin tacha o defecto”.
Las Escrituras nos hablan de ser personas íntegras, obedeciendo las instrucciones del Señor y no las de los hombres; “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios padre por medio de Él”. Colosenses 3:17.
Yeshúa es el ejemplo perfecto de un hombre íntegro. Después de haber sido bautizado fue al desierto para ayunar durante cuarenta días y cuarenta noches, tiempo durante el cual satanás intentó destruir su integridad y corromperlo; sin embargo, él no hizo caso a sus provocaciones.
“Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, satanás! Porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás”. Mateo 4:10.
El libro de proverbios, nos brinda varios ejemplos de ser personas íntegras; en el versículo 3, capítulo 11, dice: “La integridad de los rectos los guiará, pero la perversidad de los pérfidos los destruirá”. Proverbios 11:3. El hombre o la mujer sabios vivirán una vida de integridad, que es parte de la sabiduría. Quienes siguen la corrupción o la mentira serán destruidos por las decisiones y acciones de su vida.
Proverbios 10:9 relata: “El que camina en integridad anda seguro, pero el que pervierte sus caminos será descubierto”. Una persona de integridad tendrá una buena reputación y no tendrá temor de ser expuesta o descubierta. La integridad brinda un camino seguro a través de la vida.
Además, en el libro de Filipenses, capítulo 4, versículo 8, nos dice a qué cosas debemos prestar atención; “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, a esto estad atentos”.
Es por el poder de Dios que somos personas de integridad. Estamos llamados a obedecerlo, y, al hacerlo, somos personas con una moralidad e integridad intacta.
“Mejor es el pobre que anda en su integridad, que el de perversos labios y necio”. Proverbios 19:1.





