¿Recibiremos de Yahweh el bien, y el mal no lo recibiremos?

“Porque en el evangelio la justicia de Yahweh se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe tendrá vida y vivirá”. Romanos 1:17.

Tal y como está descrito en las Escrituras; el que tenga fe vivirá; y un ejemplo claro de ello fue el profeta Job, quien a pesar de ser sometido a difíciles pruebas nunca perdió la fe.

Su historia es narrada en el libro que lleva su nombre a lo largo de 42 capítulos. Era un ganadero muy rico, tenía 10 hijos y numerosos amigos. Vivía en “la tierra de Uz”, la cual es una ciudad mencionada como parte del reino de Edom.

Sin embargo, su vida casi “perfecta” sufrió algunas modificaciones, luego de que satanás retara a Dios, argumentando que el amor que Job le profesaba era por causa de sus bendiciones y no porque realmente lo amaba. Yahweh accedió con una única condición “Dijo Yahweh a satanás: Todo lo que él tiene está en tu mano; solamente no extiendas tu mano contra él”. Job 1:12.

La primera de las pruebas fue despojarlo de todas las cosas materiales y terrenales; desde sus animales, hasta arrebatarles la vida a sus hijos; estos hechos están descritos en el capítulo uno, del versículo 13 al 19.

Pese a la gran perdida, Job reaccionó de manera inimaginable: “Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Yahweh da y Yahweh quita; bendito sea el nombre de Yahweh”. Job 1:21.

A esto continuó una prueba física “Y satanás salió de la presencia de Yahweh e hirió a Job con furúnculos severos desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza”. Job 2:7.

A la par de este acontecimiento su matrimonio comenzó a verse afectado y es que estando enfermo su mujer le dijo “¿Todavía te aferras a tu integridad? Maldice a Dios, y muérete”.  Job 2:9.

Su respuesta una vez más fue positiva “Pero él le dijo: Hablas como una mujer necia. ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no peco Job con sus labios”. Job 2:10.

Tenía una buena reputación, misma que perdió después de todo lo que le había pasado, pero ante esto dijo: “Más yo sé que mi redentor vive, y que al final se levantará sobre la tierra”. Job 19:25.

Pese a que cuando estaba enfermo sus amigos se quedaron junto a él, tiempo después empezaron a hablar de su persona; él; oró por ellos. “Y Yahweh restauró a Job de su cautividad cuando él hubo orado por sus amigos; y Yahweh aumentó el doble de todo lo que Job había poseído”. Job 42:10.

Otra de las pruebas fue acerca de la palabra de Dios, misma que llego por medio de Eliú: “Tolérame un poco, y te mostraré; porque hay más que decir en favor de Dios”. Job inclinó la cabeza; le dio la razón a Dios en su Palabra.

Finalmente, a partir del capítulo 38, el Señor se reveló ante él, pero de manera rechazadora. Job vio la santa majestad de Dios, y su reacción demuestra una vez más que a través de todas las pruebas, siguió aferrado fielmente al Señor. “De oídas había oído de Ti, más ahora mis ojos te han visto; por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza”. Job 42:5-6.