Una muerte placentera

eutanasia

Muerte digna, sin sufrimiento y sin dolor , la eutanasia sigue siendo un tema que ha generado mucha controversia durante muchos años

Redacción: Nancy Loya

 

La vida es aquel periodo durante el cual podemos disfrutar de aspectos materiales, morales y espirituales, y en el que ponemos todo nuestro empeño vivirla lo mejor posible, pero ¿qué sucede cuando, por diversas razones, ya no nos es posible disfrutar de ella?

 

El tema es complejo y escabroso y da origen a toda una gama de posturas, desde la más naturalista: Dios es el dueño de la vida y él dispone cuando se entra a ella y cuando se sale; hasta la más tecnocrática: El individuo gravemente enfermo, para quien la vida es un peso, puede decidir cuándo y cómo morir.

 

Etimológicamente, la palabra “eutanasia” se deriva del griego eu, que significa “bueno”, y thanatos que significa “muerte”. Esto quiere decir principalmente buena muerte, muerte apacible, sin sufrimiento.

 

En México, la eutanasia o muerte por piedad, no se permite. El artículo 312 del Código Penal impide el suicidio asistido de un enfermo terminal. En el código penal lo podemos encontrar como delito, enunciado a partir del tipo penal de “Participación en el suicidio”. Esto es, comete el delito mencionado aquella persona que determine a otra a quitarse la vida, lo convenza, le otorgue los instrumentos necesarios, lo auxilie, o bien, llegue al grado de causar él mismo la muerte (a petición del fallecido).

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En el país, la eutanasia es una práctica de los pacientes de escasos recursos. La pobreza, que impide proporcionar un tratamiento adecuado a familiares con enfermedades terminales, lleva a solicitar el alta voluntaria para llevarse al enfermo a morir en su domicilio, para que así tenga una muerte digna.

 

La Biblia menciona específicamente acerca de este tema por ejemplo:

Somos hechos a la imagen de Dios (Gn 1:26), y es el Señor quien nos da la vida (Job 33:4: “El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida.”) y es Él quien ha determinado nuestros días (Job 14:5: “Ciertamente sus días están determinados, Y el número de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cuales no pasará.”).

Esto significa que Dios es Señor soberano y es quien determina el día que moriremos.

Por lo tanto, no debemos usurpar la autoridad de Dios.