Después del incendio en Roma, el emperador Nerón, para calmar los rumores hizo aparecer como culpables a los cristianos, prendió a los que revelaban su creencia, y por sus declaraciones muchos otros fueron encarcelados, si bien no se les probó su participación en el incendio, fueron castigados por lo que ellos llamaban odio al género humano (ya que todas las actividades de la época como: Teatro, ejército, letras, deportes, etc. estaban ligadas al culto pagano y donde los cristianos no participaban a lo que ante los ojos del pueblo les parecían misántropos). Se les hizo padecer las torturas más crueles que sirvieron como entretenimiento del pueblo: Cubiertos unos con pieles de fieras, eran devorados por los perros, otros morían sobre una cruz, finalmente, eran impregnados con material inflamable y entrada la noche se les incendiaba para servir de antorchas, en este espectáculo. Todo esto hizo que se despertara la misericordia del pueblo, aun contra esta gente que merecía castigo ejemplar, pues se veía que no se les destruía para el bien público, sino para satisfacer la crueldad de una persona. Nerón prestaba sus jardines, y ofrecía juegos en el Circo, la persecución se prolongó hasta el fin del reinado.
Veracidad Play – Muerte de los Cristianos en Roma
