Todos los seres humanos estamos conformados por defectos y virtudes que nos hacen únicos, aceptarnos nuestros errores, trabajar en ellos de la mano del Señor nos permitirá ser mejores personas, fieles a la Palabra y a Sus mandamientos.
Pero antes de ello debemos querernos tal y como somos, pues de esta manera Dios nos ve y ama, en la Biblia está plasmado que amaremos al Señor con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, también establece que amaremos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no hay otro mandamiento mayor que este (Marcos 12:30-31).
Este versículo habla del amar al Señor con todo lo que somos, pero también al prójimo como a nosotros mismos, esto implica aceptarnos.
La Escritura dice que somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás (Efesios 2:10). Con esto los textos Bíblicos no hacen referencia a que dejemos todo “a la ligera”, día a día a través de nuestra fe y obras debemos mejorar quienes somos.
La Biblia muestra que esta bien amarse y agradarse a un grado razonable, sin el afán de caer en el egocentrismo, siempre debemos recordar que para amar al prójimo debemos amarnos a nosotros mismos, siguiendo el ejemplo de Cristo (Mateo 20:28).
Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.
