El amor de Yahweh, el primer mandamiento

Redacción, Veracidad News

Actualmente, el amor es conocido por los seres humanos como un sentimiento de afecto que se tiene hacia una persona, animal o incluso en algunas ocasiones por objetos.

Sin embargo, las Escrituras describen el amor hacia Dios como el primer mandamiento “Yeshúa le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. Este es el grande y primer mandamiento”. Mateo 22:37-38.

Aunado del amor al prójimo “Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos pende toda la ley y los profetas”. Mateo 22:39-40.

Al cumplir con estos mandamientos se cumple con la ley, siendo este uno de sus grandes propósitos “El amor no obra mal para con su prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”. Romanos 13:10.

En el capítulo 13 de la primera carta a los Corintios, versículos del 4 al 7, lo describe como un sentimiento puro y enfocado en la verdad “El amor es sufrido. El amor es benigno; no tiene envidia. El amor no se jacta y no se hincha de orgullo; no se porta indecorosamente, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal; no se goza de la injusticia, mas se goza con la verdad. Todo lo cubre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

Acerca del amor de pareja dice “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a Sí mismo por ella”. Efesios 5:25.

También, el Señor nos exhorta a querer a nuestros enemigos “Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos”. Lucas 6:35.

Uno de los ejemplos más grandes de amor fue el que realizó cuando mandó a su hijo a la tierra “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no perezca, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16.

“El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”. 1 Juan 4:8.