El no saber perdonar es una cuestión que afecta las emociones, da hincapié a ser negativos, generar rencor y traer a nuestras vidas sufrimiento innecesario. Por ello enseñarles a perdonar a los niños será una enseñanza que además de hacerlos sentir mejor consigo mismos y con su entorno, traerá grandes beneficios en su vida adulta.
Los menores a lo largo de su infancia, adolescencia y adultez, se van a ver envueltos en situaciones en las que van a tener que perdonar o ser perdonados.
Por ello, es fundamental que los niños sean habilidosos a la hora de resolver conflictos y no tengan dificultades para pedir perdón o aceptar las disculpas de otras personas.
Hay maneras muy fáciles para comenzar a inculcar este valor en los más pequeños del hogar.
-Dar ejemplo en casa. Como padres, es necesario que pidamos perdón a nuestro hijo cuando nosotros nos equivocamos. Esto hará que el niño se fije en nosotros, normalice el pedir perdón, lo interiorice y adquiera poco a poco dicha habilidad.
– Hacerles ver que ellos también se han equivocado en muchas ocasiones y que a pesar de eso han sido perdonados. Ninguno de nosotros somos perfectos por lo que debemos aceptar también las imperfecciones de los demás.
– Trabajar con ellos la empatía, es decir, la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Se le puede invitar al niño a reflexionar mediante la realización de las siguientes preguntas: ¿recuerdas alguna vez en la que no hayas hecho las cosas bien?,¿cómo te hubieras sentido si no hubiésemos llegado a perdonarte?, ¿a ti te gusta que te perdonen cuando te equivocas?
-Enseñar al niño a no centrarse únicamente en lo malo que le ha hecho esa persona y animarle a ver también todo lo bueno que le ha aportado.
– Felicitarle cuando el pequeño pida perdón. Si queremos que una conducta se repita tenemos que reforzarla. Por este motivo, si el chico pide perdón es bueno que se lo reforcemos con una mirada de complicidad, un guiño, una caricia o una frase positiva.
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