¿Cuales son los elementos para purificación en el Templo Sagrado?

Redacción, Veracidad News

La vaquilla alazana o también conocida como la vaca roja, era uno de los elementos esenciales de purificación en el Templo Sagrado.

Cuando una era encontrada, la sacrificaban cerca del Templo; sus cenizas, mezcladas en agua y otros ingredientes, eran usadas para purificar a las personas que se quedaron “impuras” por haber tenido contacto con algún cadáver o similares.

En el versículo 2 del capítulo 19 del libro de números, se describe la petición del Señor acerca de la vaquilla “Este es el estatuto de la ley que Yahweh ha mandado, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una novilla roja, sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual nunca se haya puesto yugo”.

Si los sacerdotes encontraban un sólo pelo blanco en la vaca, quedaba descalificada, debido a que tenía que ser totalmente roja, incluidas las pezuñas. Un simple manto o algo encima, significaba que no servía.

Algunos historiadores hacen referencia a que la vaquilla era el propio Yeshúa, debido a lo redactado en el libro de Lucas, capítulo 22, versículos 43 y 44 “Y se le apareció un ángel del cielo, que le fortalecía. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”.

Además, otro versículo que revela que la sangre que derramó el Mesías se refiere a la vaca roja, es Mateo 27:27-28; “Entonces los soldados del gobernador llevaron a Yeshúa al pretorio, y reunieron alrededor de Él a toda la cohorte; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata”.

Esta palabra (escarlata) hace alusión al color rojo. Las cenizas de la vaca se mezclaban con agua limpia y tenían que estar 3 días en un recipiente para que trajeran nueva vida. Días en los que resucitó el Mesías, 3.

A partir de ahí, rociaban las cenizas mezcladas con agua por todo el pueblo para purificarlo. Y así también quedaban limpios al séptimo día.

Para muchos rabinos y escatólogos el descubrimiento de una que cumpliera todas las características ordenadas por Dios, es una de las señales más poderosas para iniciar la construcción del Tercer Templo de Jerusalén.