Después del exilio de Israel

Fue un periodo de 70 años en el que el pueblo de Israel fue “castigado” por no escuchar a Dios.

Redacción, Veracidad News

El exilio en Babilonia, fue un periodo de 70 años en el que el pueblo de Israel fue “castigado” por no escuchar a Dios a través de diferentes profetas y por entregarse a la idolatría y al pecado que lo distanciaron espiritualmente del Señor.

Sin embargo, después de este periodo serían liberados; “Porque así dice Yahweh: Cuando se hayan cumplido setenta años para con Babilonia, yo os visitaré y estableceré mi buena palabra de haceros volver a este lugar”. Jeremías 29:10.

Fue durante su primer año de mandato en Babilonia, que Ciro promulgó un decreto que les permitía regresar a Jerusalén. “Entonces se levantaron los cabezas de las casas paternas de Judá  y de Benjamín, y los sacerdotes y los levitas, y en general todos aquellos cuyo espíritu había despertado Dios para subir a edificar la casa de Yahweh, la cual está en Jerusalén”. Esdras 1:5.

Regresaron en tres grupos; en el primero de ellos se encontraba Zorobabel, el cuál era el responsable de construir el templo. El segundo era comandado por Esdras, quien tenía que establecer la ley y la enseñanza y el tercero al mando de Nehemías construiría los muros de la ciudad y reconstruiría la misma.

“En el año segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, con el resto de sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido del cautiverio a Jerusalén, comenzaron a designar a los levitas de veinte años para arriba, para que dirigieran la obra de la casa de Yahweh”. Esdras 3:8.

Fue precisamente este profeta, Esdras, el cual tenía la responsabilidad de instruir al pueblo en la palabra; “Este Esdras subió de Babilonia, y era escriba versado en la ley de Moisés, que Yahweh, el Dios de Israel, había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Yahweh su Dios estaba sobre él”. Esdras 7:6.

También tenía la responsabilidad de nombrar magistrados y jueces, para que juzgaran a todo el pueblo, y a aquellos que no conocían de la palabra debía enseñárselas. Aunado a esto, el Señor dejó estipuladas las consecuencias de la desobediencia.

“Y todo aquel que no observe la ley de tu Dios y la ley del rey, con toda tu diligencia, sea ejecutado sobre él juicio, sea para muerte, o destierro, o confiscación de bienes o encarcelamiento”. Esdras 7:26.

“Bendito sea Yahweh, el Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para embellecer la casa de Yahweh, que está en Jerusalén”. Esdras 7:27.