Las similitudes del capítulo 1 de Isaías y Génesis 3

Todos los capítulos de la Biblia nos empapan con grandes y sabías enseñanzas, siendo esta una de las razones principales por la que se relacionan entre sí, por ejemplo, si prestamos atención al escudriñar la Palabra podremos darnos cuenta que el capítulo 1 del libro de Isaías y el capítulo 3 del libro de Génesis, ambos ubicados en el Antiguo Testamento, tiene varias similitudes.

Aunque Génesis capítulo 3 este compuesto por tan sólo 24 versículos, mientras Isaías capítulo 1 por 31, ambos hablan de la desobediencia a los mandatos de Dios.

En Génesis 3, nos relata la historia de cómo Eva engañada por Satanás comió del fruto prohibido y también convenció a Adán de hacerlo (Génesis 3:1-6).

Génesis 3:6: “Y cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer y que era deleitoso a los ojos, y árbol deseable para alcanzar la sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, con ella, y él comió” (versión Recobro).

Siendo así la primera caída del hombre: de la presencia de Dios a ser recogido por su conciencia, ante esta situación el Señor le otorgó a cada uno su respectivo castigo debido a su falta (Génesis 3:14-19).

Con respecto al libro de Isaías capítulo 1, habla sobre el reclamo que el Señor hace a Sus hijos en Israel, los diciplina y los exhorta a regresar al camino por medio de una promesa.

Isaías 1:4: “ ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, descendencia de malhechores, hijos que obran corruptamente! Han abandonado a Jehová; han menospreciado al Santo de Israel; se han apartado de Él y se han vuelto atrás” (versión Recobro).

Dios le pide al Pueblo dejar todo lo malo atrás, dejando de hacer lo profano, aprendiendo a hacer el bien, sólo de esa forma podrán ser limpiados.

Isaías 1: 18-19: “Venid ahora, y razonemos juntos, dic Jehová: Aunque vuestros pecados sean como escarlata, quedarán tan blancos como la nieve; aunque sean rojos como carmesí, quedarán como la lana. Si estáis dispuesto y escucháis, comeréis lo bueno de la tierra” ( versión Recobro).

Esa fue la promesa de nuestro Padre para el pueblo de Israel, pero no de hacerlo lo correcto y seguir en el mal camino por la espada serán devorados (Isaías 1:20).

Ambos capítulos nos hablan sobre desobediencia y consecuencias, en situaciones diferentes, pero con el mismo fin, por ello debemos obedecer al Padre, siguiendo el ejemplo de Jesús en nuestro día a día, sólo así seremos agradables ante los ojos de Dios.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.