En la noche del 18 de julio del año 64 d.C, estalló un enorme incendio en Roma que duró seis días y siete noches, donde diez de los catorce barrios de la ciudad fueron devorados por las llamas. En medio del sufrimiento, el pueblo exigía que se descubriera al culpable, y no faltaba quienes se inclinaban a pensar que el propio emperador había hecho incendiar la ciudad para poder reconstruirla a su gusto, como un gran monumento a su persona, se decía que Nerón había pasado buena parte del incendio en lo alto de la torre de Mecenas, en la cumbre del Palatino, vestido como un actor de teatro, tocando su lira, y cantando versos acerca de la destrucción de Troya. Nerón hizo todo lo posible por apartar tales sospechas de su persona y necesitaba alguien para echarle la culpa, dado que en dos de los barrios donde había más judíos y cristianos no llegaron las llamas, pensó que le sería más fácil culpar a los cristianos.
Veracidad Play – El incendio en Roma
