Navidad: Derribando Mentiras

Por Cony González

La Navidad se ha manejado como una celebración que conmemora el nacimiento de Jesucristo, pero la esencia de esta práctica data desde la rebelión de Satán y su deseo de someter a la humanidad a una falsa adoración que le aleja de la presencia del Dios de Abraham, Isaac y Jacob.

Ya que el Mesías no vino a la tierra dentro el tiempo en que dicha práctica se realiza, sino que para cumplir escrituras nació el día 15 del mes séptimo del calendario de Dios, (últimos de septiembre, principios de octubre y no diciembre) justo en el primer día de la solemnidad de Sukkot también llamada tabernáculos, fiesta con duración de 7 días y en el octavo es de santa convocación y ese día Yeshua fue presentado a la congregación de Israel para ser circuncidado como marca la Torah.

Esta idea errónea de vincular la Saturnalia romana con el nacimiento del Mesías sale del Emperador Constantino El Grande 1,700 años atrás, quien creyó conveniente hacer coincidir la llegada de Yeshua a la tierra con la fiesta pagana más importante del Imperio Romano que celebra el nacimiento de un “nuevo” sol el 25 de diciembre, y que centra su culto a Saturno, dios de la agricultura, pero cuyas raíces vienen de Nimrod y su falsa adoración a Asera y Baal.

¿Qué es lo que estamos adorando?

Somos llamados a obedecer y exaltar a Hashem, hacer las cosas a la manera en que Él lo estableció y no bajo nuestra perspectiva, pues caeríamos en la misma rebeldía de Caín. (Génesis 4:3-5).

De tal manera que rebeldía para el Creador significa la actitud de la persona que desafiante se niega a obedecer y opone resistencia a quien tiene autoridad sobre ella, entre las causas principales de rebelión se encuentran: El orgullo y egoísmo.

¿Dónde es que nace esta falsa adoración?

La rebeldía que inició con Satán que en hebreo es Datán y significa adversario, calumniador y/o acusador (Isaías 14:12-14). Se traspasó a la tierra para seguir con su corrupción, esto lo vemos reflejado en Génesis 3:6 con la caída del hombre, Génesis 4 con la muerte de Abel, Génesis 6 y la codicia de los ángeles caídos por las mujeres de los hombres y ya más estructurado en la construcción de Babel en Génesis 10 y 11.

El Mandato

Elohim dijo: No plantarás para ti Asera de ninguna clase de árbol junto al altar de YHWH tu Elohim que harás para ti. Ni te erigirás estatua: cosas que YHWH tu Elohim aborrece. (Deuteronomio 16:22-23).

La palabra hebrea para Asera en los diferentes pasajes de la escritura es hammanim y hace alusión a los cipos dedicados al sol/baal. (Isaías 27:9). Pero también está la palabra matstseboth, término que aparece en Jeremías 43:13, traducido como “estatuas”, en este pasaje se describe la destrucción de objetos de culto en la “ciudad del sol” egipcia Bet-semes. Estos eran pilares (obeliscos) de piedra levantados para la adoración. También se les menciona como khaman traducido como ídolo. En la Torah, encontramos este mandato para destruir los altares dedicados a Asera y Baal. (Éxodo 34:13/Levítico 26:1/Deuteronomio 7:5/Deuteronomio 12:2-3).

Asera se refiere a los postes, pilares y árboles dedicados a rendir culto a esta diosa cananea de la fertilidad por medio de un árbol frondoso.

El profeta Jeremías en el capítulo 10, detalla la costumbre que había contaminado a Israel de rendir culto a Asera por medio de un árbol frondoso, adornándolo de oro y plata y afirmándolo. Hoy, esta práctica ha pasado de generación en generación adoptando un nuevo nombre “Navidad”, la cual aleja a la humanidad del Creador. La orden de Dios es no aprendamos las costumbres de las naciones porque son vanidad, volvamos a la raíz y celebremos los moedim de El Shaddai.