¿Tenemos vida eterna?

La Biblia presenta un sendero claro hacia la vida eterna. Primero, debemos reconocer que hemos pecado contra Yahweh.

En las Escrituras leemos en Romanos 3:23: “Porque todos han pecado y carecen de la gloria de Yahweh”. Esto quiere decir que todas nuestras faltas a la larga van en contra del Mesías, únicamente bastaría un castigo eterno.

Pero, en Romanos  6:23 leemos, “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Yeshúa, Señor nuestro”.

El don de la vida eterna viene a aquellos que creen en Yeshúa, quien es la resurrección y la vida. Juan 11:25: “Le dijo Yeshúa: Yo soy la resurrección y la vida; el que crea en Mí, aunque este muerte vivirá”.

Sin embargo, es un error ver la vida eterna como simplemente una progresión interminable de años, ya que es independiente del tiempo. La vida eterna puede funcionar fuera de y más allá del tiempo, así como puede funcionar dentro del tiempo.

Los creyentes no tienen que “esperar” para la vida eterna, porque no es algo que comienza cuando mueren. Más bien, la vida eterna empieza en el momento en que una persona ejercita su fe en nuestro Señor.

Juan 3:36 menciona: ” El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”.

La biblia relaciona íntimamente la vida eterna con Yeshúa . Juan 17:3 es un pasaje importante en este sentido. Aquí Yeshúa equipara la “vida eterna” con un conocimiento de Dios y de su Hijo. No hay conocimiento de Dios sin el Hijo, ya que es a través del Hijo que el padre se revela a los escogidos.

Con información de Yajahira Valtierra, Veracidad News.