Veracidad News – El que vino por amor a la humanidad (parte 2)

Pese a todas las buenas obras del Mesías, para muchos representaba una amenaza.

Redacción, Veracidad News

Pese a todas las buenas obras del Mesías, para muchos representaba una amenaza, a tal grado que fue denunciado ante el gobernador, Poncio Pilato, por haberse proclamado Rey de los Judíos y Mesías.

El gobierno comenzó a acorralarlo y Jesús estaba consciente que su final se acercaba; por ello, reunió a sus discípulos, en lo que hoy es conocida como -La última cena-, en donde les anunció que sería uno de ellos el que lo entregaría; “Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en Espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar”. Juan 13:21.

Se refería a Judas Iscariote, quien lo vendió por 30 piezas de plata; “Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó”. Mateo 26:48-49.

Jesús fue arrestado en el Monte de los Olivos mientras oraba y fue entregado a Pilato, el cual al momento de enjuiciarlo, preguntó al pueblo a quien querían que soltara, a Él o a Barrabás, un famoso ladrón.

“Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado”. Mateo 27:24-26.

Previo a esto, lo desnudaron, y sólo le colocaron encima un manto escarlata; le pusieron un corona de espinas y fue escarnecido, escupido y golpeado. Después, le quitaron el manto y le pusieron su ropa para finalmente crucificarlo.

“Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el Espíritu”. Mateo 27:37 y 50.

“El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, vieron el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente éste era Hijo de Dios”. Mateo 27:54.

El cuerpo fue entregado a José, quien lo envolvió en una sábana, lo colocó en el sepulcro que había labrado en la peña y lo tapó con una gran piedra. Finalmente, tal y como está escrito, resucitó a los tres días y ascendió a los cielos.

“He aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán”. Mateo 28:9-10.