¿Qué dice la Biblia sobre juzgar?

Juzgar, significa determinar si un hecho es contrario a la ley.

Redacción, Veracidad News

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, juzgar, significa determinar si un hecho es contrario a la ley, y sentenciar lo procedente, además de formar una opinión sobre algo o alguien.

Sin embargo, este significado, no es el mismo que se relata en el Antiguo Testamento, ya que ahí se describe como guiar, liberar, reinar o discernir. “Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio”. Deuteronomio 16:18.

Una de ellas fue Débora; “Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio”. Jueces 4:4-5.

Además, el rey Salomón decía en sus oraciones; “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?”. 1 Reyes 3:9.

Así, de acuerdo con la palabra de Dios, era correcto juzgar siempre y cuando se hiciera de manera justa. “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”. Juan 7:24.

Sin embargo, una cosa es juzgar a una persona con la finalidad de corregir, sanar y restaurar el daño que esté provocando y otra muy diferente es mostrar el error con el deseo de condenar, de hacer sentir mal, destruir y perjudicar a toda costa al acusado, es decir, señalarlo.

“¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”. Mateo 7:3-5.

Cuando nos dedicamos a criticar a otros hermanos, no nos estamos pareciendo a Dios, sino más bien a otro, satanás.

“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. Santiago 3:14-17.